El misionero: Una de las posiciones más antiguas con la que se puede explotar la creatividad

Es una de las posturas más famosas en la que la chica está tumbada en la cama boca arriba y el chico encima.

Foto: Pixabay.

Fue concebida como la única permitida por la Iglesia Católica a la hora de tener relaciones sexuales, llegando a ser considerada aburrida

Enespanol24.com- Si existe una posición con la que todos pueden sentirse identificados o conocer de cuál se trata es sin dudas la del misionero. La mayoría la ha experimentado al menos una vez en su vida, principalmente durante su iniciación en la actividad sexuales, cuando se desconoce en gran medida cómo funciona el sexo

Es una de las posturas más famosas en la que la chica está tumbada en la cama boca arriba y el chico encima, específicamente con su miembro a la altura de la pelvis, es el encargado de controlar el ritmo y la velocidad de la penetración, puede resultar placentera para aquellas mujeres a las que les gusta ser dominadas, donde el hombre es quien mantiene el control.

La calidad de los empujes del hombre puede permitir que ambos alcancen el orgasmo, quizás más rápido que en otras posiciones. Con esta posición la mujer también puede controlar la penetración, además de tener sus manos libres para la autoestimulación de sus pezones o el clítoris y así obtener una mayor satisfacción.

Si bien es cierto que con el misionero la mujer controla con menor capacidad la situación, también puede resultar interesante en casos en los que la mujer no es capaz de soltarse o dejarse, un ingrediente que puede ser considerado como imprescindible para alcanzar el clímax durante el acto sexual.

No obstante, para algunos es una pose algo aburrida, llegando a ser calificada como moralista y conservadora, pero esto guarda relación con el origen de su nombre, pues fue la única postura sexual autorizada por la Iglesia Católica para hacer el amor y fue el sacerdote Johannes Teutonicus, quien anunció esta postura como “natural” para el coito, en 1215.

Al momento de la llegada de los españoles a todas partes del mundo, los misioneros católicos intentaron imponer sus pautas de moralidad, sin dejar de lado las relacionadas con la sexualidad, por ello promovieron que los indígenas dejaran las posturas que consideraban “pecadoras” para para mantener relaciones sexuales apegadas a los parámetros católicos. En sus inicios fue conocida como “postura angelical o de la serpiente”.

El término “misionero” apareció por primera vez en 1948, en el libro “Sexual Behavior in the Human Male” de Alfred Kinsey, autor que interpretó erróneamente una anotación extraída del libro “The Sexual Life of Savages in North-Western Melanesia. An Ethnographic Account of Courtship, Marriage, and Family Life Among the Natives of the Trobriand Islands, British New Guinea” publicado por Bronislaw Malinowski en 1929. Desde aquel entonces la cultura hippie se encargó de difundir el término que, todavía en la actualidad continúa usándose.

Ventajas de esta posición

Una de las ventajas del misionero es que gracias a su sencillez ofrece una amplia gama de variantes que le permiten adaptarse a todos los gustos dependiendo de cada uno de los participantes

No existe un número limitado de variaciones, todo dependerá de lo que permita la creatividad e imaginación, así como la flexibilidad para llevar a cabo ciertas maniobras. Sin embargo, la sencillez del misionero hace que los encuentros sexuales de las parejas por primera vez, tengan escasas posibilidades de fracasar.