Madre Teresa de Calcuta: Una mujer avocada a ayudar y dar amor a los más necesitados

Desde su juventud sintió un llamado religioso que la motivó a defender y acompañar a los más necesitados y desamparados, siendo un símbolo de fe y pureza para muchos

Foto de AFP

EnEspañol24.com.- Agnes Gonxha Bojaxhiu, nació el 26 de agosto de 1960, quizás ese nombre no suene familiar para muchos, pero se trata nada más y nada menos de la Madre Teresa de Calcuta, una mujer que marcó un hito en la historia del mundo, quien con apenas 20 años de edad mostró su decisión y vocación por entregarse a la vid religiosa, haciéndose monja.

Bojaxhiu vivió en el seno de una familia católica, la profunda vocación de su madre hacia la religiosidad, despertó en ella, con tan solo 12 años, la vocación de misionera. Siendo muy niña ingresó a la Congregación Mariana de las hijas de María, iniciándose en actividades de asistencia con los menos favorecidos necesitados.

Se dice que, mientras oraba a los pies de la Virgen de Letnice, el 15 de agosto de 1928, escuchó el llamado para servir a Dios y el 26 de septiembre de ese mismo año, tras cumplir los 18 años de edad, se fue de su casa para ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto en Rathfarnham, Irlanda, lugar en el que recibió el nombre de Hermana María Teresa.

En 1928, llegó por primera vez a la india, específicamente a Calcuta, lugar en el que se sorprendió al ver la pobreza extrema a la que estaba sometida esa población, y comenzó a crear la orden de las Misioneras de la Caridad, promoviendo la formación de orfanatos, enfermerías, leproserías y hospitales para darle apoyo a los enfermos terminales. Sus iniciativas iniciativas las impulsó de la mano con las hermanas de la Caridad y gracias a su devoción y a su lucha, logró expandir su organización a todas partes del mundo

En septiembre de 1946, Calcuta recibió su inspiración “Llamada dentro de la llamada”. Ese día, de forma inexplicable, expresado así por ella misma sintió que la sed de amor de almas se apoderó de su corazón, convirtiendo en el motor que le daría impulso a su vida, el deseo de saciar la sed de Jesús, quien le revelaría su dolor por el olvido de los pobres.

Lo que inició con un proyecto integrado por tan solo 13 miembros, posteriormente las misioneras de la Caridad se convirtieron en una de las congregaciones con más importancia y reconocimiento a nivel mundial, lo que ayudó con la recolección de dotes financieros y la ampliación de su labor. Tanto que para 1960 ya contaban con hospicios, orfanatos y casas de leprosos en toda India, llegando a tener voluntarios en todo el mundo e influenciando a voluntarios en el mundo para ayudar a los más necesitados.

“No somos trabajadoras sociales. A los ojos de algunas personas puede parecer que realizamos un trabajo social, pero tenemos que ser contemplativas en el corazón del mundo”, aseguraba la propia Madre Teresa de Calcuta en relación con su labor en Misioneras de la Caridad.

Sumado a ello, y promovida por sus ideales de paz, los cuales trataba de llevar a zonas de conflicto, la Madre Teresa, en la década de los 80 viajó a lugares como Armenia, Líbano, Etiopia, Ucrania y Albania para abogar por la resolución de los problemas y encaminar a los gobiernos y naciones a rumbos de paz y tolerancia.

No obstante, en durante esa década, su salud comenzó a verse afectada. En 1983 sufrió un ataque al corazón, en una de sus visitas al papa Juan Pablo II. Seis años más tarde, le fue implantado un marcapasos, situación que la forzó a renunciar como jefa de las Misioneras de la Caridad en marzo de 1997, debido al avanzado deterioro de su salud, acabando con su vida ese cinco de septiembre, a la edad de 87 años.

Reconocimientos a su labor

En reconocimiento a su labor la Madre Teresa recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979. Tras su muerte, específicamente el 19 de octubre de 2003, el papa Juan Pablo II realizó su beatificación en la Ciudad del Vaticano.

Por su parte, en cuatro de septiembre de 2016 el papa Francisco estuvo al frente de la Canonización de la Madre Teresa de Calcuta, también en la Ciudad del Vaticano, al ser una santa que dedicó su vida a la atención de los desamparados y a dar amor.

También recibió otros premios a lo largo de su vida, entre ellos el Premio Internacional por la Paz ‘Juan XXII’, en 1971; Premio Kennedy, en 1972; Orden de Australia, en 1982; Medalla de Oro del Congreso (Estados Unidos), en 1984; y Ciudadana de Honor de Estados Unidos, en 1996.