Mujeres no escaparon de las atrocidades durante el nacismo

Con frecuencia se sometía a mujeres judías y no judías a actos violentos y persecuciones incesables.

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Violaciones, experimentos, abortos y otras vejaciones sufrieron las mujeres en los campos de concentración

El imperio nazi tenía como principal objetivo de persecución a los judíos, a quienes asesinaban y torturaban sin distinción de sexo, edad o condición. Sin embargo, no eran los únicos perseguidos, pues constantemente las mujeres eran perseguidas y sometidas de forma brutal por los hombres de Hitler.

Durante el Tercer Reich, en algunos campos de concentración y en áreas específicas dentro de estos había espacios destinados exclusivamente a las mujeres. Pero en 1939 abrieron el campo de Ravensbrueck, el más grande creado exclusivamente para las femeninas, por donde pasaron más de 100.000 antes de la liberación en 1945.

En ese período, ni las mujeres ni los niños se salvaron de las atrocidades cometidas por los nazis, ni de los asesinatos masivos. Especialmente las mujeres con niños eran las primeras en ser enviadas a la cámara de gas en los campos de exterminio, también eran sometidas al trabajo forzado y usadas para experimentos.

Con frecuencia se sometía a mujeres judías y no judías a actos violentos y persecuciones incesables que eran exclusivas para su género. En los campos de exterminio eran objeto constante de golpizas y violaciones, aquellas que estaban embarazadas, trataban de esconder su embarazo, pues también eran obligadas a abortar.

Cuando las prisioneras llegaban a los campos de concentración, eran desnudadas, les rapaban el cabello para que todas fueran iguales, y les quitaban su identidad, como una medida de sometimiento y humillación. Pero más allá de eso, cientos fueron obligadas a someterse a un ayuno severo y al trabajo forzado que, al cabo de unos días, terminaban por retirarles la menstruación.

Como se mencionó anteriormente, muchas fueron obligadas a abortar, otras esterilizadas, sin contar a las que sometían a experimentos de esterilización, también hubo quienes vieron a sus hijos morir de hambre y otras los asfixiaban, en un intento por evitarles el sufrimiento, las que tenían hijos menores de 13 años fueron testigos de cómo los enviaban a morir en la cámara de gas.

A las prisioneras las mantenían hacinadas y solo con los harapos que llevaban puestos. Un pedazo de pan o una mondadura de patata eran un lujo, en un intento por sobrevivir las mujeres robaban a las muertas.

Algunas eran marcadas con las siglas NN, que significaban noche y nieblas, las personas con estas iniciales eran consideradas las más débiles y las favoritas para los experimentos de inoculación del virus del tétano o de la gangrena gaseosa directamente en los huesos para dejarlas morir y observar la evolución de la enfermedad. A algunas de ellas las despojaban de los músculos de las piernas o tenían grandes heridas que sin curar, quienes sobrevivían generalmente quedaban mutiladas.

Las mujeres desempeñaron un papel fundamental en la historia del Holocausto, pues en su intento por sobrevivir se las ingeniaron para escaparse, algunas de ellas a los bosques del este de Polonia y a la Unión Soviética. También se hicieron partícipes de la resistencia dentro de los campos de concentración y lograron ser parte de levantamientos y revoluciones en algunos centros de exterminio.